Entrevista a Luis Oñate «Yo trabajo por la comunidad, esa es mi única vocación» – Quilinic el Diario

Entrevista a Luis Oñate «Yo trabajo por la comunidad, esa es mi única vocación»

Luis Oñate, dueño de la Funeraria Santa Luisa de Quilicura, es mucho más que un comerciante: es un dirigente social que ha entregado su vida a la comunidad. Su nombre está ligado a la fundación de la Casa de la Discapacidad, un espacio histórico que dio dignidad y oportunidades a cientos de familias. Tras sufrir un ACV que redujo su movilidad, transformó esa experiencia en fuerza para seguir luchando por la inclusión, viviendo en carne propia las barreras que enfrenta la discapacidad en Chile. Luis Oñate es la prueba de que la verdadera vocación social no entiende de colores políticos ni de excusas: su misión es clara, seguir tendiendo la mano y dar voz a quienes más lo requieren.

 Buenas tardes, Don Luis, usted es un vecino que se ha destacado en el ámbito comercial y social…

—Así es. Aparte de mi negocio de funeraria, también soy conocido por mi trabajo como dirigente social. Fui dirigente de la Asociación de Discapacitados de Quilicura, a la que llegué cuando ya tenía dieciocho años de existencia. Es la asociación más antigua de la comuna y representa la voz de muchas familias.

Muy interesante. ¿Qué nos puede contar de eso? ¿Logros, aciertos y conflictos?

—Como dirigente, fueron más los logros que las dificultades. Antes de la pandemia conseguimos la “Casa de la Discapacidad” y también un vehículo para trasladar a jóvenes con distintas condiciones. Eso fue histórico, porque significó dignidad y oportunidades para niños y adultos con discapacidad sensorial, física y mental. Lamentablemente, con la pandemia se detuvieron varias iniciativas. Aun así, llegué a ser presidente de la asociación y trabajamos por el bienestar de las personas.

Cuéntenos acerca de los apoyos y ayudas recibidas…

—En ese tiempo, había un apoyo mucho más concreto desde la municipalidad. Nos entregaban regalos de Navidad para los niños, nos incluían en proyectos y actividades.

¿Cuáles autoridades específicamente lo ayudaban?

—El alcalde Juan Carrasco, en particular, nos invitaba a participar en varios proyectos. Gracias a esa gestión conseguimos la Casa de la Discapacidad. Los concejales también colaboraban, se notaba que había interés. Eso lo digo con propiedad, porque yo estaba a la cabeza de todo.

¿Usted piensa que hacen falta más programas de ayuda a la comunidad? ¿Estamos atrasados en este tema?

 —Claro que sí. En todas partes falta apoyo, pero especialmente en discapacidad. Estamos todavía “en pañales” como sociedad. Las personas con discapacidad siguen encontrando barreras en la educación, en el trabajo, en la movilidad. Yo mismo, después de un ACV, quedé con baja movilidad y uso una moto adaptada para trasladarme. Eso me hace vivir en carne propia lo que sufren miles de personas en Quilicura y en Chile.

¿Usted considera que Quilicura es una comuna con accesibilidad?

 —En algunos sectores, como O’Higgins, hay avances. Pero en gran parte de la comuna, como San Martín o Matta, las calles y veredas están en pésimas condiciones. Para una persona en silla de ruedas o con bastón, es casi imposible transitar.

 ¿Ha hecho llegar esta información a autoridades actuales?

 —Sí, siempre se ha hecho ver el problema. Pero no hay una respuesta clara ni soluciones reales.

¿Cuál es su opinión de los actuales postulantes a diputado u otros cargos? ¿Les exigiría preocuparse más de estos temas?

—Yo voy a ser sincero: no los conozco, no hay cercanía. Antes, como dirigente, tenía contacto directo con concejales y alcalde. Hoy uno se acerca y lo miran con distancia, como si uno fuera un estorbo. Eso pasa porque trabajamos con las gestiones anteriores, pero siempre desde lo social, no desde lo político. Las autoridades actuales deberían entender que la discapacidad no tiene colores políticos.

¿Volvería en algún momento a trabajar por los vecinos?

—De alguna manera, nunca he dejado de hacerlo. Hoy sigo apoyando a la comunidad: organizo bingos, completadas, entrego premios, y colaboro con ONGs amigas. Con mi funeraria también ayudo a familias vulnerables, muchas veces incluso regalando servicios funerarios. Además, voy a las villas a dar charlas sobre trámites funerarios, porque la gente no tiene información. Seguiré trabajando para la comunidad, porque esa es mi vocación.

 

Por: José Antonio Lizana Arce